Riesling

La Riesgling es una uva blanca procedente de la región del Rhin, en Alemania. Cuenta con una gran cantidad de denominaciones de origen, y es la uva más cultivada en Alemania, ocupando más del 20% de la superficie de cultivo vinícola del país.

También tiene una gran presencia en la región francesa de Alsacia, que es la única región francesa en la que se permite su cultivo, y en menor medida, en otros países como Austria, Chequia, Luxemburgo, Suiza, España e Italia, entre otros.

La uva Riesgling es una uva de culto, mucho más valorada por los expertos en vino que por el público en general.

Características de la uva Riesling

También conocida como “Riesler” o “Rieslinger”, la Riesling es una variedad que se cultiva en zonas de clima fresco, y que se caracteriza por su elevada transparencia, así como por la gran influencia que tiene el suelo en que se cultiva en sus aromas.

La cosecha de la Riesling comienza a finales de septiembre y llega hasta finales del mes de noviembre, aunque para la elaboración de ciertos vinos puede alargarse hasta el mes de enero.

Los racimos de la Riesling son pequeños, compactos, pedúnculo muy corto y una distribución de granos uniforme. Las uvas son pequeñas y de color verde pálido, aunque obtienen un verde mucho más intenso con la sobremaduración.

La pulpa no tiene pigmentos, es blanda, suculenta y presenta un elevado rendimiento al prensado, con unos aromas muy peculiares y especiales.

Las cepas tienen un vigor medio – alto, y un porte vertical que tiende a tumbarse debido a la elevada producción. La Riesling es sensible a la podredumbre gris, a la polilla del racimo, al oídio y al mildiu.

Se adapta a la perfección a diferentes tipos de suelos y de cultivos, aunque lo que mejor le va son los suelos pobres. Asimismo, es poco sensible al frío primaveral, y precisa unas podas intensas que favorezca la aireación de los racimos.