Domaine Xavier Gerard

Xavier Gérard

En la Côte-Rôtie, donde la tradición pesa y el terroir habla alto, Xavier Gérard se ha convertido en uno de los nombres más emocionantes de la nueva generación “old school”. Sus vinos conservan la honestidad y la transparencia de los clásicos del Ródano Norte, pero con un enfoque especialmente pulido: fruta precisa, perfume elegante y una estructura fina que permite disfrutarlos jóvenes sin renunciar a una gran evolución en botella.

La historia del domaine es familiar y profundamente ligada al trabajo artesanal. En 2013, el padre de Xavier —viticultor a tiempo parcial y empleado de Crédit Agricole— le cedió las viñas. Para entonces, Xavier ya llevaba una década formándose: aprendiendo en casa y recorriendo otras bodegas para ganar experiencia. Desde que tomó las riendas, dejó atrás la costumbre de vender vino a negociants y decidió embotellarlo todo bajo su nombre. El resultado es una producción muy limitada, pero con una claridad de estilo que ha enamorado a críticos y aficionados vintage tras vintage.

Sus parcelas, repartidas en laderas empinadas y trabajadas íntegramente a mano, aportan matices muy marcados: el terroir du Mollard tiende a dar un perfil más mineral y ferrosamente tenso, mientras que las viñas al norte de Ampuis pueden sumar un carácter más especiado y “pimientoso” al conjunto. Esa combinación define una Côte-Rôtie de corte clásico, compleja, brillante y a la vez accesible.

La historia de Xavier Gérard

Xavier Gérard es un “recién llegado” en términos de historia de etiqueta, pero su ascenso ha sido meteórico. En pocos años, sus Côte-Rôties se han convertido en vinos de referencia para los grandes conocedores del Ródano Norte. Su cercanía a productores legendarios como la familia Levet —de los estilos más auténticos y tradicionales de la denominación— habla de afinidad por la verdad del viñedo. Y, aun así, los Gérard muestran una cara distinta: igual de fiel al terroir, pero más enfocada en la vertiente perfumada, frutal y sedosa que también puede ofrecer Côte-Rôtie.

Ese equilibrio entre tradición y precisión es la firma de la casa: vinos que expresan cada añada sin artificio, con una energía que seduce pronto y una estructura que promete complejidad con los años.

El viñedo

La base del estilo Gérard está en el viñedo. Las laderas de Côte-Rôtie son abruptas, pedregosas y exigentes: aquí todo se hace a mano. Xavier está orientando su viticultura hacia lo orgánico (trabajando para alcanzar certificación), un reto especialmente duro en terrazas de pendiente extrema. El objetivo es claro: fruta sana, rendimientos contenidos y madurez precisa para preservar frescura sin perder profundidad.

El terroir de la zona —con suelos de esquisto apreciados por su intensidad aromática— se traduce en Syrah expresivas, de perfil floral y especiado, con una tensión que sostiene la fruta y alarga el final. Y en blancos, su sensibilidad con Viognier aporta un estilo más contenido y mineral, poco común en una uva que a veces tiende al exceso.

La elaboración

En bodega, Xavier trabaja con mentalidad de precisión y mínima intervención. Fermentaciones espontáneas, manejo cuidadoso de temperaturas y una filosofía sin recetas fijas: el uso de racimo entero se decide en función del carácter de la uva y del año, buscando siempre perfume, definición y tanino fino, sin dureza ni extracción agresiva.

La crianza sigue el clasicismo del Ródano Norte, con elevage mayoritariamente en barricas usadas y formatos tipo demi-muid, para acompañar el vino sin dominarlo. En algunas cuvées, una pequeña parte de Viognier (incluso en proporciones muy bajas) aporta un matiz aromático sutil: un destello de fruta de hueso y flores entre las bayas y las notas de Syrah.

El resultado son vinos de textura sedosa, concentración medida y un final fresco que invita a repetir: Côte-Rôtie intensa pero fácil de amar, con taninos finamente “empolvados”, fruta roja y negra bien delineada y ese fondo especiado-mineral que define a las grandes laderas de Ampuis. Una bodega pequeña, seria y cada vez más imprescindible para entender el presente (y el futuro) del Ródano Norte.