La Sémillon Blanc es una variedad de uva blanca originaria de Francia, concretamente de la región vitícola de Burdeos, también conocida como Crucillant y Sercial.
La Sémillon Blanc se cultiva principalmente en Burdeos, donde acostumbra a mezclarse con otras variedades como la Sauvignon Blanc y la Moscatel para la producción de vinos.
También se cultiva minoritariamente en Portugal, Israel, California, Argentina, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda y Chile, donde la Sémillon Blanc es la uva más cultivada en el país.
Por sus características y específicas condiciones para el cultivo, la Sémillon Blanc no es habitual en España.
Es un tipo de uva bastante fácil de cultivar, que regularmente produce entre 6 y 8 toneladas de uva. De maduración temprana, los racimos de Sémillon Blanc son grandes y compactos, con pedúnculo corto y hombros muy marcados.
Las bayas son grandes, uniformes y de difícil desprendimiento. La piel es de color verde, que con la maduración obtiene un color amarillento, con una sección elipticocircular. El hollejo es muy fino y con poca pruína, mientras que la pulpa es blanda, jugosa y libre de pigmentación.
La Sémillon Blanc tiene cepas muy vigorosas y de alta productividad, de maduración tardía y desborre precoz.
De alta fertilidad y productividad, se adapta bien a la mayoría de los suelos, produciendo vinos más suaves en suelos sicílicos, y más intensos en suelos calcáreos. Agradece la poda en pulgares cortos.
Es una variedad sensible a la podredumbre gris, el mildiu, el black rot, las enfermedades de la madera, la polilla del racimo y los ácaros. En cambio, es resistente al oídio, la eutipiosis, los fríos primaverales, el sol, las elevadas temperaturas y la sequía.
Los vinos elaborados con Sémillon Blanc son blancos secos y dulces, destacando como vinos exquisitos y muy apreciados por su longevidad. Aunque en menor medida, también hay brandis elaborados con Sémillon Blanc.
En boca, los vinos de Sémillon Blanc son secos, equilibrados y con una gran personalidad, con sabores a albaricoque, manzana verde, crema, miel y cítricos.
Con un agradable aroma, tiene notas a miel, frutas de hueso, tostadas, hierba recién cortada y aromas cítricos. Y en cosechas tempranas, con fermentación cuidada y paso por barricas de roble, destacan por sus aromas a plátano y pan tostado.
En cuanto al maridaje, el Sémillon Blanc es un gran acompañante de los pescados, aves, pastas y verduras.
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